CEERINO NAMUNCURÁ, HIJO DE DIOS, HERMANO DE TODOS
   
  SANTUARIO DE MARÍA AUXILIADORA - FORTÍN MERCEDES - P. LURO
  Novena de Ceferino Namuncurá
 
NOVENA COMUNITARIA AL 
BEATO CEFERINO 



1 - Ceferino Misionero y su Familia

 

Guía: El hermoso don de la vida, regalo del amor de Dios lo recibimos en el seno de una familia. Dios que es comunión nos hace partícipes de su amor llamándolos a la vida con la participación de nuestros padres.

La familia de Ceferino es una gran familia. El ama su familia y su gente, y son parte en su proyecto de vida. Su papá Don Manuel y su mamá Rosario Burgos permanentemente están presentes en su vida, lo manifiestan por ejemplo sus cartas. Les escribe, les asegura su oración y les agradece. Ceferino un buen hijo que siente alejarse de su familia pero es por ello, y para ser útil a su gente que se pone en camino.

 

Señal de la Cruz – Canto: Somos la comunidad. Hoy somos tu pueblo.

 

Oración del día: Padre Dios que nos has regalado la vida en el seno de una familia, y nos haces tu familia por el don del Bautismo, ayúdanos a manifestar tu amor con gestos de ternura y servicios a los demás. Ceferino que tanto amaste tu familia ayuda a las nuestras para que luchen unidas por el bien de todos.

 

Palabra de Dios: 1 Romanos 12,9-21

Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo. Sean diligentes y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al Señor. Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar. Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso. Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios. No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos. Hermanos, no se tomen la justicia por su cuenta, dejen que sea Dios quien castigue, como dice la Escritura: Mía es la venganza, yo daré lo que se merece, dice el Señor. Y añade: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: estas serán otras tantas brazas sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal, más bien derrota al mal con el bien. No tengas deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo.

 

Vida de Ceferino:

Chimpay es una región situada en el Valle Medio del Río Negro, en el cual abundaron los asentamientos indígenas, aún mucho antes de la “Conquista del desierto”. Tierra de paso, en la que abundaba la caza y la pesca, fue siempre considerada vital en el corredor que comunicaba las altas cordilleras con la llanura pampeana. En lengua mapuche significa, según algunos, “vado” o “paso”, según otros, “meandro” o “recodo” y, finalmente, otros lo relacionan con la raíz que indica “lugar donde se aloja”. Sea como sea, esta es la tierra donde arraigaron por varios años Namuncurá y su gente, hasta que tuvieron que emprender camino hacia la precordillera neuquina. Ceferino nace el 26 de Agosto de 1886. Su madre es Rosario Burgos, según algunos, una cautiva chilena. Ceferino crece en un ambiente típicamente mapuche. Sabemos que se manifiesta como un hijo cariñoso y fiel, capaz de ayudar a sus padres desde muy pequeños (acarrea leña desde el amanecer para ahorrar ese trabajo a su madre). A los tres años cae accidentalmente en el río y es arrastrado violentamente por la corriente; progresivamente es devuelto a tierra cuando sus padres desesperaban de volverlo a ver. Este hecho fue considerado siempre por los suyos como milagroso y así transmitido por ellos. A los 11 años se irá de Chimpay a Buenos Aires para estudiar, y allí, aún ejerciendo toda su capacidad de adaptación a la nueva realidad, nunca olvida su ser mapuche. Ante todo, sigue escribiendo y manteniendo contacto con su padre, su madre y otros miembros de su tribu. No se avergüenza de su condición indígena manejando arco y flecha, como quien sabe lo que hace. Manifiesta sus condiciones de jinete cuando monta el petiso del lechero para dar unas vueltas por las calles de Buenos Aires, recordando los buenos tiempos de Chimpay. Además, cuando tiene la oportunidad de hablar en su lengua con algún misionero, nunca desaprovecha la ocasión. Especialmente durante las vacaciones que pasaba en la escuela agrícola de Uribelarrea, aprovechaba para hacer largas cabalgatas y ocuparse de todo lo que tenía que ver con la tierra y el campo. El narraba muchas cosas de la Patagonia y exclamaba: “Si ustedes conocieran la Patagonia, vería que linda es”. Ceferino, a pesar de la lejanía de su tierra, a pesar de su aceptación de la cultura blanca, no deja de permanecer fiel a su cultura, a la Patagonia, a su raza mapuche.

 

Reflexión:

“Ceferino nunca renegó de su origen y en los once años y medio que vivió en Chimpay pudo profundizar el universo cultural de su pueblo, con sus diversos valores humanos, su riqueza espiritual y sus ritos sagrados. Fueron los años en que se formó su capacidad reflexiva, su voluntad tenaz, su fortaleza frente a las dificultades en que vivía, su firme decisión de ser útil a su gente. Sin ninguna duda, Ceferino se identificó con su pueblo y su tribu”.

 

¿No tendríamos que mirar a Ceferino para mantener nuestra relación con las raíces más profundas de nuestras familias con todos sus valores? ¿No tendríamos que saber aceptar a todos superando la discriminación y toda forma de exclusión como supo hacerlo Ceferino?

 

Oración comunitaria: respondemos “Escúchanos Padre de todos”.

  • Por la familia de cada uno de nosotros para que crezca en la comunión y servicio.
  • Por las familias que sufren por las divisiones fortalece su fe.
  • Por los que no tienen una familia para que la comunidad los acompañe.
  • Por los estudiantes lejos de su familia para que no pierdan el amor a los suyos y los valores recibidos en la familia.
  • Por los padres cristianos para que ayuden a sus hijos a vivir con libertad su propio proyecto de vida. 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso: Visitar a los abuelos, o algún familiar con el que hace tiempo no nos vemos.

 

2 – Ceferino Misionero y su opción por Jesús

 

Guía: Ceferino descubre en la realidad dolorosa de su gente el llamado de Dios. Su corazón de niño es capaz de ver, y optar por útil a su gente. A los dos años el 24 de diciembre de 1888 su familia celebra su bautismo. Es el Padre Domingo Melanesio quién lo bautiza, misionero muy amigo de don Manuel Namuncurá. Amistad que es confianza y diálogo frente a los desafíos que enfrentar.

 

Señal de la Cruz

 

Oración del día: Padre te damos gracias por el don de tu Espíritu que derramas sobre cada uno de nosotros desde el Bautismo; que con Ceferino dejándonos conducir por el Espíritu Santo y siguiendo a Jesús trabajemos por la liberación de todos los hombres y te sirvamos en los que sufren. Amén.

 

Palabra de Dios: Lucas 4, 14-21

Fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura, y le entregaron el libro del profeta Isaías. Al desenrollarlo, encontró el lugar donde está escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres.

Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor.” Luego enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente, y él comenzó a hablarles: “Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes.”

 

Vida de Ceferino:

Allí en Chimpay, con las aguas del Río Negro, en la Navidad de 1888 es bautizado por el Padre Domingo Melanesio y su acta de Bautismo se encuentra en la Parroquia de Patagones, a cuya jurisdicción pertenecía todo Río Negro. En realidad, los misioneros pasan raramente por Chimpay, de modo que podemos presumir que Ceferino se nutre de la religión mapuche, durante sus primeros años.

Al ingresar en el Colegio Salesiano Pio IX de Buenos Aires Ceferino demuestra un interés poco común (por no decir excepcional) por el Evangelio de Jesús que comienza a conocer poco a poco. En realidad, más que interés, se trata de verdadero entusiasmo. Ante todo, se prepara con gran dedicación a la primera comunión y a la confirmación, hechos que lo marcan profundamente. A partir de ese momento, comienza a vivir muy intensamente la Eucaristía diaria como el encuentro más profundo y pleno con Jesús. Igualmente, se toma muy en serio la costumbre de la visita a Jesús Sacramentado. Se va forjando en él una amistad fuerte y sencilla con el Señor. Tiene la conciencia viva de su presencia y la busca todos los días. Sin llamar la atención, sobriamente, pero con gran fidelidad. Se toma muy en serio el Catecismo y participa también en los Certámenes catequísticos que se realizan en aquellos tiempos. En una ocasión llega a obtener el segundo lugar en uno de estos exigentes concursos.

 

Reflexión:

“En los años que vivió en los Colegio Salesianos de Buenos Aires, Viedma y Frascati (Roma) Ceferino comprendió la Buena Noticia de la Salvación de Jesús, la hizo suya, la aceptó y maduró en su deseo de ser misionero de su gente. Por el don del Bautismo Ceferino logró unificar su corazón de mapuche y cristiano. En esta profunda experiencia de fe, comenzó a soñar con el proyecto de ser sacerdote para anunciar a su pueblo el Evangelio de Cristo, a quien amaba y seguía. Desde allí encontró la fuerza y la sabiduría para superar no pocas dificultades en su camino.”

 

¿No tendríamos que examinar nuestra vida de Bautizados? ¿Los Sacramentos para nosotros son solo una ceremonia o son un llamado constante a vivir según la Palabra de Dios amándolo a El y a cuantos nos rodean así como Cristo nos ha enseñado y los testimonia la vida de Ceferino?

 

Oración comunitaria: Respondemos “Que venga a nosotros tu Reino Señor”

  • Para que nuestra fraternidad sea más auténtica,…
  • Para superar tantas opresiones sobre los más débiles,…
  • Para vencer nuestros miedos y divisiones,…
  • A nuestros hogares y grupos
  • A nuestros lugares de trabajo. 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso: Realizar un servicio voluntario

 

3 – Ceferino Misionero en el servicio

 

Guía: Nos dice Jesús en el Evangelio; “yo estoy entre ustedes como el que sirve”. Todo bautizado está llamado a servir, a testimoniar el amor a Dios y su fe participando en la construcción de la comunidad. Así lo entendió y lo vivió Ceferino. Su gran consigna fue: “Quiero ser útil a mi gente”; que es decir, quiero servir a i gente a mis hermanos.

 

Señal de la cruz

 

Oración propia del día: Padre bueno y lleno de ternura que a todos nos llamas a servir en tu Reino, y a todos nos regalas tus dones, ayúdanos para que siguiendo el ejemplo de Ceferino, demos lo mejor de cada uno por el bien de todos. Que con alegría te sirvamos a Ti en nuestros hermanos. Amén

 

Palabra de Dios: Mt 25, 34-40

Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.”

Entonces los justos dirán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? El Rey responderá: “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.”

 

Vida de Ceferino:

En el año 1903, ya manifestándose en su joven vida indicios de enfermedad, Ceferino llega al colegio Salesiano San Francisco de Sales de Viedma.

En este ambiente, Ceferino siguió viviendo intensamente su entrega al Señor. Continúa tenazmente sus estudios. Es el alma de los recreos, participando siempre con mucha  iniciativa e inventiva en los juegos. Realiza juegos de prestidigitación que le valen fama de mago. Organiza distintas competencias, entre las cuales se destacan las famosas carreras de barquitos en el canal. Instruye a sus compañeros sobre la mejor manera de preparar arcos y flechas para poder ejercitarse, luego, en el tiro al blanco. También aquí se le confía la exigente responsabilidad del sacristán, que Ceferino cumplirá con gran dedicación y mucho esfuerzo. Pero la enfermedad sigue implacablemente su curso. El Padre Garrone, director del Hospital San José que los Salesianos tenían allí en Viedma, era quien seguía con gran solicitud la salud de Ceferino.

 

Reflexión:

“El ejemplo de Ceferino nos anima a ponernos en camino para ser “útiles” servidores de los hermanos, siendo así de verdad discípulos misioneros del Señor. Su ideal de servicio y entrega, no exento de dificultades, no enseña a no “achicarnos” en el seguimiento de Jesucristo. Nos desafía a ser hoy signos proféticos del Reino, frente a la ambición de poder, al consumismo aplastante, a la indiferencia frente al dolor del hermano”

 

¿No tendríamos que preguntarnos cuál es nuestra actitud diaria hacia los demás? ¿No tendríamos que cuestionarnos nuestra poca preocupación por el otro? ¿No tendríamos que preguntarnos cual es la vocación a la cual Cristo nos ha llamado?

 

Oración comunitaria: respondemos “Danos un corazón solidario”

  • Para servirte en cada hermano…
  • Para salir al encuentro de los necesitados…
  • Para trabajar unidos por el bien de todos…
  • Para defender la dignidad de toda persona…
  • Para comprender el dolor de los hermanos… 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Realizar un servicio concreto, sencillo en mi ambiente.

 

4 – Ceferino Misionero en el dolor

 

Guía: El que quiera ser mi discípulo, nos dice Jesús, que tome su cruz de cada día y me siga... ¡Qué hermoso ejemplo el de Ceferino, que supo de cruz, supo de dolor, de incomprensión, de soledad en la enfermedad! Desde pequeño siente y hace suyo el dolor de su gente. No queda indiferente, se compromete. El dolor se hace en Ceferino fuerza para vencer al hombre viejo, y todo lo que es pecado. El dolor lejos de engendrarse en él, resentimiento, rencor, lo hace dueño de si, capaz como dirá su compañero en la enfermedad el Beato Don Zatti, de “tragar amargo y escupir dulce”. Hoy son muchos los que sufren tantas cruces y no tienen la fe ni la fortaleza del Ceferino, por eso le confiamos a él que nos ayude a llenar de amor de Dios, cada cruz para que engendre vida y esperanza.

 

Señal de la Cruz

 

Oración del día: Te pedimos Padre que siguiendo el testimonio de Ceferino, llevemos nuestra cruz de cada día con gran confianza en vos transformándola en fuente de vida, y sepamos ser fieles a tu amor en los momentos de dolor y dificultad.

 

Palabra de Dios: Marcos  8, 34-37

Luego Jesús llamó a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida (por mí y) por el Evangelio, la salvará. ¿De qué le sirve a uno si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo? ¿Qué podría dar para rescatarse a sí mismo? Yo les aseguro: si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la Gloria de su Padre rodeado de sus santos ángeles.”

 

Vida de Ceferino:

Pero junto a las alegrías, Ceferino irá conociendo también el camino de la Cruz.

Ciertamente fue un motivo de mucho dolor, con sus 11 años, dejar su  familia que tanto amaba, allá en 1897 cuando decide partir de Chimpay rumbo a Buenos Aires en pos de su ideal: ”Quiero estudiar para ser útil a mi gente”. Sufrimiento al que se añadirá todo el esfuerzo por adaptarse a un ambiente tan distinto al suyo que le ofrece Buenos Aires. No menor dolor fue la noticia de que su padre y su gente debieron retirarse de Chimpay y marcharse hacia la cordillera porque no había “tierras” para ellos. También fue muy dura la autoexclusión de su madre de la tribu. En efecto Manuel Namuncurá por ser cacique, según las costumbres de su cultura, podía convivir con varias mujeres. Cuando decide hacerse cristiano, y entonces casarse por la Iglesia elige Ignacia Rañil. La madre de Ceferino buscó entonces cobijo en la tribu Yanquetruz. Para Ceferino esto representó una Cruz realmente pesada. El se encontraba profundamente ligado a su madre. Trató por todos los medios de localizarla y luego le escribió, haciéndole sentir su afecto y su solidaridad.

Otra cruz fue su enfermedad, pesada sobre todo porque postergaba su sueño de ser sacerdote misionero. Parece que hacia fines de 1901 le aparecen los primeros síntomas de la enfermedad. A mediados de 1902, sus formadores deciden enviarlo a Uribelarrea, para ver si los aires del campo lo ayudan a recuperarse. Durante ese tiempo, Ceferino vive intensamente unido al Misterio del Cuerpo Entregado y la Sangre derramada en la Eucaristía. Como la enfermedad sigue su curso, Ceferino continúa su peregrinaje hacia Viedma, al Hospital San José, confiando que los cuidados brindados y el clima patagónico podría facilitar su recuperación. Pero la enfermedad no se rinde. Entonces Monseñor Cagliero decide apelar al último recurso: llevarlo a Italia para ver si la medicina europea puede hacer algo para salvarle la vida. Nuevo destierro que se suma a la ya golpeada vida de Ceferino.

 

Reflexión:

“Una fe, la de Ceferino, que podemos calificar de “sufrida-pascual”. No le fue fácil no renegar de su origen, vivió plenamente el que se ha llamado “el sufrimiento de su raza”. Uno de sus hermanos testimonió que Ceferino “lagrimeaba al ver la misérrima condición de los suyos…” Padeció el mal trato d sus compañeros, al sentirse llamar “indio” como si fuera el peor de los insultos. Todavía estaba viva la sed de venganza por los malones, por la sangre, por el fuego y el robo. Vivió el silencio y la falta de respuesta al sueño que tenía. Vivió la soledad y el abandono en la enfermedad. Murió solo el 11 de mayo 1905 en un hospital en Roma.”

¿No tendríamos que preguntarnos cuál es nuestra actitud ante el sufrimiento? ¿Y frente al de tantos hermanos nuestros que sufren? ¿Cómo manifestamos nuestro compromiso solidario con los que sufren?

 

Oración comunitaria: Respondemos: “Danos fortaleza Señor.”

  • Para llevar la cruz de cada día con fe.
  • Para ayudar a los que sufren las injusticias y la indeferencias de sus hermanos.
  • Para no achicarnos frente a las exigencias de nuestro camino de discípulos de Jesucristo. Para tener un corazón manso y humilde.
  • Para superar nuestros miedos y cobardías. 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Acompañar, darle un poco de nuestro tiempo a quien sufre.

 

5 – Ceferino Misionero en lo cotidiano

 

Guía: Nos dice Jesús en el Evangelio, “el que es fiel en lo poco, será fiel en lo mucho.” Ceferino no hizo prodigios, ni tuvo actuaciones heroicas. Vivió con sencillez la vida de muchos otros chicos, como uno más. Pero en lo de todo los días dio testimonio, de servicio, de caridad, de verdadera humildad. Supo llenar de sentido de Fe, de amor de Dios los pequeños hechos de la jornada.

Ceferino nos invita y ayuda con su ejemplo a vivir bien el momento presente, a llenar de Dios las acciones cotidianas. Frente a la tentación de lo extraordinario de lo grandioso, como Ceferino tratemos de servir alegres en el cumplimiento de nuestras tareas de cada día.

 

Señal de la cruz

 

Oración del día: Dios Padre bueno que nos mostraste en Jesús que no hay amor más grande que dar la vida, ayúdanos para que como Ceferino, vivamos el mandamiento del Amor, haciendo bien lo que nos toca en cada momento de nuestra jornada.

 

Palabra de Dios: Marcos  12, 28-33

Entonces se adelantó un maestro de la Ley. Que había escuchado la discusión y estaba admirado de cómo Jesús. Entonces le preguntó: “¿Qué mandamiento es el primero de todos?” Jesús le contestó: “El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importantes que éstos.” El maestro de la Ley le contestó: “Has hablado muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios.” Jesús vio que ésta era respuesta sabía y le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios.”

 

Vida de Ceferino:

Aproximadamente a mediados de Enero de 1903 Ceferino viaja a Viedma. En aquellos años reinaba en el Colegio San Francisco de Sales de esa ciudad un maravilloso clima de confianza, fervor espiritual y afecto recíproco entre todos los miembros de esa laboriosa colmena. Se vivía y respiraba un auténtico espíritu e familia que hizo que Ceferino se encontrara muy pronto a sus anchas. Augusto Valle, un compañero de aquella época, narra lo siguiente: “éramos pocos compañeros y nos queríamos como hermanos. No he vuelto en mi vida a disfrutar de una amistad tan sincera como la de los años pasados en el Colegio San Francisco de Sales. Allí los alumnos de sexto grado compartíamos con los Salesianos de los mismos juegos diarios, broma tras broma en los mismos, con sencillez e ingenuidad en unos, aunque inocente picardía en otros, que a veces seguía fuera de los recreos. Esta daba al Colegio un ambiente familiar.”

Allí también Don Artémides Zatti forjó una linda amistad con Ceferino. Precisamente él, declarando en la Causa de Ceferino, relatará cómo todas las mañanas, según la receta del Padre Garrone, compartían un bife a la plancha, una copita de vino y un pedazo de pan. Y por la tarde, la segunda medicación: un paseo para tomar aire puro, buscar huevos frescos en la chacra y tomar un buen cóctel de huevo batido. Don Zatti, que en ese momento tenía unos veintidós años y también estaba tuberculoso, recuerda que Ceferino le decía: “Que buenos son nuestros maestros y los sacerdotes. Nos aman como si fueran nuestro padre y nuestra madre. Vamos a rezar por ellos el Rosario”.

 

Reflexión:

“El nacimiento de la Iglesia en la Patagonia está ligada a la actividad incansable y a la abnegación de aquellos misioneros que, dejando su patria, vinieron a predicar el Evangelio y a dar vida a numerosas obras de educación, de asistencia social, de promoción humana y cristiana, sumando esfuerzos con otos cristianos y personas de buena voluntad. Desde el inicio la acción de los misioneros buscó educar y promover. Porque sabían que el auténtico discípulo de Jesucristo se siente solidario con el hermano que sufre, trataron de aliviar sus penas; se comprometieron y lucharon para que fuera respetada la dignidad de la persona humana. En este proceso de evangelización y promoción surgió y floreció la santidad en la tierra patagónica. En los centros misioneros fueron creando las escuelas, los talleres y hospitales para dar respuesta a las necesidades de la población patagónica. Acción misionera que más allá de sus límites buscó aprender a caminar con los pobres y con el pueblo mapuche, como lo atestigua la historia de tantos varones y mujeres que a lo largo y ancho de nuestro vasto territorio han trabajado y entregado su vida silenciosamente”.

¿Somos forjadores de ambientes que ayuden a “crecer” como los que tuvo Ceferino? ¿Cómo hacemos nuestra consigna que nos dejó Juan Pablo II: “Que nadie se sienta tranquilo mientras haya en vuestra patria un hombre, una mujer, un niño, un anciano, un enfermo, ¡un hijo de Dios! Cuya dignidad humana y cristiana no sea respetada y amada” (Viedma, 1987)?

 

Oración comunitaria: Respondemos a cada invocación “Enséñanos a servir con alegría.”

·   En el trabajo y las exigencias

·   Para defender la vida y el bien común

·   Para trabajar por la paz y la fraternidad

·   Para llevar tu amor a los más pobres

·   Para hacer bien todas las cosas de cada día

 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Aportamos a nuestro ambiente una acción de bien concreta.

 

6 – Ceferino Misionero de su pueblo

 

Guía: “Quiero estudiar para ser útil a mi gente” fue la gran opción de Ceferino. Es la síntesis de su proyecto de vida. Se puso en camino para servir a su gente. Como todo misionero, también Ceferino dejó su tierra. Partió no sin dolor, pero animado por su ideal de estudiar para liberar, ayudar, servir a su gente. Ceferino ve y siente el dolor de los suyos; diríamos ahora, hace el diagnóstico y se compromete en primera persona a buscar y dar una respuesta.

El misionero asume y hace suyas las huellas de Jesús que fue enviado por el Padre a evangelizar a los pobres. El verdadero discípulo de Cristo se siente siempre solidario con el hermano que sufre.

 

Señal de la cruz

 

Oración del día: Dios Padre Nuestro que nos confías tu proyecto de salvación para todos los pueblos, te pedimos nos ayudes a seguir los pasos de Ceferino, que abrazo con fe y convicción su compromiso misionero. Amén

 

Palabra de Dios: Lucas 10, 1-6

Jesús eligió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos, delante de él, a todas las ciudades y lugares adonde debía. Les dijo: “La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues al dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha”. Vayan, pero sepan que los envío como cordero en medio de lobos. No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias; ni se detengan a visitar a conocidos.

Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: la paz sea en esta casa. Si en ella vive un hombre de paz, recibirá la paz que ustedes le traen; de lo contrario, la bendición volverá a ustedes.

 

Vida de Ceferino:

Ceferino se siente llamado a comunicar a sus compañeros lo que él mismo va aprendiendo. Por eso, se ofrece como auxiliar catequista en un pequeño grupo de chicos que realiza su catecismo en el Oratorio del Colegio San Francisco de Sales. Pero su apostolado es más amplio. Cuando está entre sus compañeros trata de vivir lo que va asimilando y de acercarlos a Jesús. Lo hace de manera casi espontánea. Siente que el Evangelio está para ser vivido y comunicado. Por eso, va despertando en su corazón el deseo de servir la causa del Reino entregándose totalmente a ella. Por eso, le abre su conciencia al P. José Vespignani en la Dirección Espiritual y, con su ayuda, va haciendo el camino del discernimiento para reconocer qué es lo que Dios le está pidiendo.

Trata de superar sus defectos y de orientar todas sus energías en la vivencia del Evangelio. Una de las grandes alegrías que tuvo el adolescente mapuche fue la gran misión que Monseñor Cagliero realizó en la tribu Namuncurá, en San Ignacio. En esa misión, Cagliero preparó personalmente al cacique quien, el 25 de Marzo de 1901 realizó su primera comunión y luego su confirmación. El mismo Cagliero después le transmitió personalmente los hermosos resultados de la misión. Y Ceferino dirá públicamente luego en un acto de homenaje: “Yo también me haré salesiano y un día iré con Monseñor Cagliero a enseñar a mis hermanos el camino del cielo, como me lo enseñaron a mí”.

 

Reflexión:

“Cuando dejó Chimpay para ir a Buenos Aires su opción fue clara y programática: “Papá, me duelen los infortunios de nuestra gente, quiero hacer algo. Quiero estudiar para ser útil a mi gente”. Motivación que se irá convirtiendo en clara opción vocacional y en fuerte impulso de crecimiento y perfeccionamiento espiritual. Manifestó la grandeza de su corazón a través de su profunda sensibilidad, compasión frente al dolor y la miseria de los suyos. El descubrió y manifestó su vocación en su interés, esfuerzo y buen resultado en el estudio.

Esa fue la primera motivación que lo llevó a partir. Sin duda que el Espíritu de Dios recibido en el bautismo le abrió los ojos, y creciendo en el conocimiento de Cristo fue descubriendo en él una llamada más profunda: “ser sacerdote y misionero de su pueblo”. Este sueño le dio la fuerza y sentido al tener que irse lejos de los suyos, estudiar otra cultura, aprender italiano y latín. Hasta los últimos momentos de su vida en el hospital, fue capaz de estar atento al otro.

Y nunca dejó de ser misionero; tampoco ahora, porque desde que Jesús lo llamó a compartir su herencia en el cielo, sigue estando atento a las necesidades del pueblo.

 

¿No tendríamos que cuestionarnos nuestro espíritu misionero? ¿Cómo enfrentamos las dificultades para ser fieles a nuestros ideales?

 

Oración comunitaria: Respondemos “Jesucristo es el Señor, lo anunciamos en comunidad.

·   Buscando la verdad y sirviendo al bien común.

·   Respetando la dignidad de cada persona y superando toda forma de discriminación.

·   Celebrando la fe comunitaria y sirviendo a los más pobres.

·   Cuidando y valorando los dones recibidos de Dios para bien de todos.

·   Fortaleciendo la unidad de las familias y comunidades.

 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Mirar y reflexionar sobre nuestro ambiente y descubrir el llamado misionero que Dios nos hace.

 

7 – Ceferino Misionero devoto de María

 

Guía: Ceferino amó mucho a su gente, a sus padres. Esa familia grande que es la comunidad de su raza. En sus cartas descubrimos el amor a su mamá Doña Rosario. Sobre todo cuando sabe que ha dejado la comunidad Namuncurá, escribe y pregunta por ella. De ese amor fuerte por su familia y su madre a quién desde pequeño ayuda, va germinando su amo a María la Madre de Jesús, madre nuestra. Así lo expresa a un compañero: “gustoso estaría a los pies de María, todo el día”.

Que como Ceferino amando a María, trabajemos para que Jesús llegue a todos los ambientes de nuestra sociedad.

 

Señal de la cruz

 

Oración propia del día: Dios nuestro que nos llamas a vivir la fe en comunidad, y nos regalas en María un modelo de respuesta a tu Palabra, que sintiendo su presencia tengamos siempre la alegría de hacer lo que Jesús nos dice, como supo vivirlo Ceferino.

 

Palabra de Dios: Juan 19, 25-27

Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdala. Jesús, al ver a la Madre y junto a ella el discípulo que más quería, dijo a la Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.

 

Vida de Ceferino:

Ceferino le escribió varias cartas a su papá Manuel Namuncurá, pidiéndole la fe de Bautismo para seguir sus estudios eclesiásticos. Una de ellas concluye así: “María Santísima le auxilie siempre”.

Un testigo que vivió con Ceferino en Turín durante dos meses, afirma: “Todos los días en los recreos, al salir del colegio y al regresar iba al Altar de María Auxiliadora, una vez, continúa el testigo, me dijo con la simplicidad del niño: “Gustoso estaría a los pies de María todo el día”.

Con filial confianza le escribe al Padre Esteban: “Pida a María Santísima Auxiliadora que dé luz y acierto a mi padre espiritual sobre mi vocación”. El Padre Galli rector del Santuario de Fortín Mercedes dijo de él: “Lo tuve varias veces a mi lado mientras oraba delante de la imagen de María Auxiliadora. ¡Qué compostura edificante! ¡Qué claras y devotas fluían de sus labios las oraciones!”.

En una de sus últimas cartas a su Padre Espiritual le dice: “Benditos sean Dios y María Santísima… y en lo demás hágase la santa voluntad del Señor”.

 

Reflexión:

Mirando a Ceferino con todo su amor a María podemos descubrir que “Es un modelo para todos los que viven aquí, en esta tierra de esperanza. Modelo de amor por su familia, su pueblo y su tierra. Modelo de fe que ha cultivado y desarrollado aún en medio de dificultades y cruces. …Fuerza para entregar la propia vida al servicio del bien común, de la justicia y la verdad que nos hace libres. …Ayuda para ser hoy discípulos y misioneros trabajando en comunión fraterna para que todos se encuentren con Dios y su Palabra, y en El tengan Vida. …Una alternativa a nuestra sociedad consumista y que incluye a muchos. En una sociedad que despreciaba a los aborígenes, que había hecho de la “campaña del desierto” una epopeya de la civilización contra la barbarie, se presenta este joven sin poder, sin dinero, sin títulos, sin odio. Es un “indio” que ha perdido todo, pero que mantiene su cultura, sus valores, su espíritu de comunión con los demás y su férrea voluntad. Es pobre de medios materiales, pero es rico de virtudes y de actitudes que hacen de él un modelo nuevo y distinto, ejemplo para todos”.

 

¿Cómo expresamos nuestro amor y devoción a María? ¿Nuestro amor a María se refleja en frutos semejantes a los que vemos en Ceferino? ¿Nos sentimos comprometidos como ella en realizar la voluntad de Dios, buscando el bien y la salvación de los hermanos?

 

Oración comunitaria: Respondemos “María Madre y Auxiliadora acompáñanos”

·   Frente a las dificultades, gozos y preocupaciones de cada día…

·   Para testimoniar nuestra fe en familia…

·   En la preocupación por la educación de los hijos…

·   En la opción vocacional de los hijos…

·   En el cuidado y acompañamiento de los ancianos…

 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Buscar reunirnos en familia y celebra la presencia de María entre nosotros.

 

8 – Ceferino Misionero alegre y agradecido

 

Guía: El que es un santo triste, un triste santo es; dice una canción. Nada de esto se dan en la vida de Ceferino. Dijeron de él: “Ceferino sonreía con sus ojos”. Como niño y joven vivió apasionadamente cada etapa de su vida. Puso su corazón entero en lo que fue su opción de vida, “ser útil a su gente”. Con alegría y no sin dificultades realiza su compromiso de estudiar y participa en todo lo que le van ofreciendo en su camino de formación.

 

Señal de la cruz

 

Oración propia del día: Dios nuestro que nos alegras por el triunfo de Jesús resucitado, sobre el pecado y la muerte, ayúdanos para que testimoniemos como Ceferino con alegría nuestra fe en Jesús Resucitado.

 

Palabra de Dios: Filipenses 4,4-7

Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y den a todos muestra de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, fíjense en todo lo que encuentren de verdadero, noble, justo y limpio; en todo lo que es fraternal y hermoso, en todos los valores morales que merecen alabanza. Pongan en práctica todo lo que han aprendido, recibido y oído de mí, todo lo que me han visto hacer, y el Dios de la paz estará con ustedes.

 

Vida de Ceferino:

Podemos leer algunas frases de sus lindas cartas que muestran el corazón de Ceferino y los motivos de su alegría:

-          En la primera carta dirigida al Padre Vespigniani dice así: “Siento que mi corazón está muy contento porque hoy es su día…” En otras de sus cartas escribe: “estoy muy contento porque el Señor me trajo… a este santo colegio”.

-          Al Padre Beraldi le escribe: “estoy muy contento tanto espiritual como corporalmente. Estoy contento de este colegio porque todos me quieren”.

-          A un hermano salesiano a quien le agradece le dice: “mi corazón reboza de grande alegría al poder escribir para demostrarle mi amor”.

 

Reflexión:

“Muchos testimonios dicen que Ceferino sabía sonreír; que sonreía con sus ojos grandes, ingenuos y limpios. Esta alegría reflejaba su alma enamorada de Dios, de la Virgen María. Respiraba gratitud en sus gestos, en sus cartas, siempre agradecía a todos. La gratitud es signo de las almas nobles, de los humildes de corazón, los amigos de Dios”.

 

Mirando a Ceferino, no tendríamos que preguntarnos ¿Cuál es la causa de nuestra alegría y optimismo? ¿Somos testigos alegres de la Buena Noticia? ¿Somos agradecidos con Dios y los hermanos? ¿Cómo lo manifestamos?

 

Oración comunitaria: Respondemos “Bendito seas Señor”

·   Porque tu Pascua es fuente de verdadero gozo y esperanza.

·   Por tantos bautizados que viven con alegría su fe.

·   Por regalarnos en Ceferino un ejemplo de alegría y gratitud.

·   Por todos los que nos ayudan gratuitamente a ser mejores personas.

·   Por tantos signos de tu Providencia para con los pobres.

·   Por el don de la Eucaristía verdadera acción de gracias.

 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Manifestar nuestra gratitud a alguien que nos hizo el bien.

 

9 – Ceferino Misionero hermanos de todos

 

Guía: Son muchas las oportunidades en que pronunciamos la palabra hermanos. Ser hermanos es un regalo, es un proyecto y un desafío. En un tiempo tan tentado de individualismo, de confrontación, de rencores, ser y vivir como hermanos es una de los testimonios más urgente que los bautizados, seguidores de Jesús tenemos que dar a la sociedad en la que vivimos. Ser hermanos, que dialogan, que se ayudan, que rezan juntos, que luchan por el bien común es uno de los distintivos de los primeros cristianos. Ceferino desde su gente aprendió y recibió esta actitud que supo hacer crecer en el encuentro con Jesús y su Palabra.

Pidamos el “peñi”, hermano Ceferino que vivamos este valor de nuestra fe.

 

Señal de la cruz

 

Oración propia del día: Padre nuestro que quieres a todos y buscas la salvación de todos; ayúdanos para que siguiendo el testimonio de Ceferino, veamos en cada prójimo un hermano y trabajemos unido por la salvación de todos.

 

Palabra de Dios: Mateo 5, 13-16

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal ¿Cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.

Ustedes son la luz del mundo: ¿Cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.

 

Vida de Ceferino:

Estando en Italia el 28 de Marzo de 1905 Ceferino es internado es el hospital. Allí como ratificando lo que fue toda su vida hay ejemplos edificantes que confirman a Ceferino misionero y hermano de todos.

Dice el enfermo que lo cuidaba: “nunca se le oyó quejarse de nada, aún cuando solo al  verlo daba compasión y arrancaba lágrimas, tan consumido y sufriente se lo veía. Antes bien, no sólo no se quejaba de sus sufrimientos, sino que los olvidaba para pensar en los de los otros: había sido conducido al hospital y colocado en la cama a su lado, un joven que como Ceferino estaba en el último período de su enfermedad. Ceferino a este joven le infundía valor con palabras llenas de amor y enseñándole a dirigir toda acción, todo sufrimiento, a Dios Nuestro Señor”.

Y al P. Iorio, tres días antes de morir, le decía: “Padre, yo dentro poco me iré; pero le recomiendo este pobre joven que está a mi lado; venga visitarlo a menudo… ¡Si viera usted cuanto sufre!... De noche no duerme casi nada, tose y tose…” Esto lo decía mientras él estaba peor, mientras él mismo no solamente no dormía casi nada, sino nada, nada…

 

Reflexión:

Su vida es un mensaje de santidad, vivía en el compromiso serio frente a la realidad de su gente y es manifestación de que asumió el Evangelio como proyecto de vida. Lo vivió con mucha sencillez y humildad. Su mensaje es el testimonio de quien se juega, no mira desde afuera. Es un verdadero mapuche y cristiano. La fortaleza de su raza la unió a la fuerza de la gracia bautismal. Una santidad enraizada en el Evangelio y en la realidad de su pueblo. Se entregó a Dios y nos invita a nosotros a seguir su ejemplo. Ceferino abre un camino para que nos animemos a seguir sus pasos.

En tiempos violentos y de crisis, su ejemplo nos enseña a ser fuertes, a tener un corazón y una mirada capaz de descubrir lo esencial, para superar tanta discriminación y violencia. Su entereza y firmeza en sus opciones nos estimula a no dejarnos llevar por los intereses mezquinos, sino a buscar el bien de todos.

Ceferino es un joven de esta tierra que tiene mucha población joven. Su joven e inquieto corazón se jugó por la verdad, fue libre para realizar su ideal. Supo volar asumiendo los riesgos y las renuncias de su opción.

 

¿Nos preguntamos en que consiste nuestro testimonio de “misionero” y “hermano”?

¿Frente a las dificultades, contradicciones, soledades, …cuál es nuestra actitud?

 

Oración comunitaria: Respondemos: “Ceferino misionero acompaña nuestros pasos”

·   Para vivir con coherencia nuestra vida cristiana…

·   Para que siempre busquemos el bien y la verdad…

·   Para que anunciemos con alegría al Dios de la Vida

·   Para que ayudemos a los que se comprometen con el Proyecto de Jesús…

·   Para que tengamos paz en nuestras familias

 

Padre Nuestro

Oración a Ceferino

Compromiso del día: Perdonar a alguien que nos ofendió.
 


 
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