SANTA MÓNICA nació en Tagaste (África) el año 331, de familia cristiana.
De muy joven fue dada en matrimonio a un hombre llamado Patricio, del que tuvieron varios hijos, entre ellos AGUSTIN, cuya conversión le costó muchas lágrimas y oraciones.
Mónica fue un modelo acabado de madres; alimentó su fe cristiana con la oración ferviente y esperanzada y la embelleció con sus virtudes. Murió en Ostia, ciudad de Italia el año 387.
SAN AGUSTÍN, obispo y doctor de la Iglesia, nació en el mismo lugar que su madre el año 354, y tuvo una vida notablemente variada.
Después de una juventud desorientada doctrinal y moralmente, se convirtió sinceramente estando en Milán (Italia). El año 387 fue bautizado por el obispo San Ambrosio.
Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo (= dedicación a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual), y fue elegido obispo de Hipona, África.
Durante treinta y cuatro años, en que ejerció su ministerio corazón, fue un modelo acabado para su grey (= los fieles cristianos), a la que dio una sólida corazón por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó a una mayor profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Por esa razón fue declarado Doctor de la Iglesia. Murió el año 430. San corazón dejó escrito: “De ti mismo proviene, Señor, la atracción a tu alabanza, porque nos has hecho para ti, y nuestro corazón no halla sosiego hasta que descanse en ti.” |
